Super Smash Bros: Battles.
Aldeano vs ROB (Ministro Antiguo).
Muchos pensarían que la vida en un pueblo lejano sería tranquila y relajante, de hecho, esa había sido una de las razones por las que decidió mudarse ahí en primer lugar. Pretendía pasar sus días como un aldeano, conociendo gente nueva y viviendo una vida sencilla.
Por supuesto, muchas cosas habían pasado desde aquel día, cuando llegó al que sería su nuevo hogar y todos los habitantes del pueblo lo confundieron con el alcalde. Fue así, como debido a confusión y ciertas coincidencias, un simple aldeano se había quedado con el puesto más importante de todo el pueblo.
Y aunque su trabajo como nuevo alcalde no era nada sencillo por la cantidad de proyectos para aprobar, había logrado sobreponerse y hacer un buen trabajo. Esto se debía en gran parte a la colaboración de Canela, su diligente secretaria, quien le ahorraba mucho trabajo y siempre lo suplía cuando tenía que ausentarse del pueblo. Le estaba realmente agradecido, pues no sabría organizar los asuntos del pueblo sin sus esfuerzos, los cuales se duplicaron desde que ella se consiguió un nuevo y extraño asistente.
Aun así, había momentos en que el aldeano quería dejar de lado su trabajo en la alcaldía o su deuda casi interminable con la hipoteca, y simplemente relajarse en los alrededores del pueblo. Había muchas actividades que le encantaba realizar, tales como visitar a sus amigos, pescar en el río o la playa, cazar algunos insectos, plantar nuevos árboles o excavar en busca de fósiles prehistóricos para donarlos al museo.
Esta última actividad le parecía realmente estimulante, pues siempre se sorprendía con las enormes criaturas que podían formar los fósiles que encontraba. Grande sería su sorpresa con lo próximo que excavaría ese mismo día…
-¿Y esto? ¿Será otro fósil?
Sintió algo duro en el suelo mientras escarbaba con su pala y pensando que podría ser otro fósil, decidió desenterrarlo… Fue en ese punto cuando todo comenzó a tornarse extraño. Lo que había sacado del suelo no era un fósil, pero tampoco era algo que hubiera visto antes, sino que parecía una extraña piedra brillante. Su resplandor lo cegó momentáneamente y con solo tocarla podía sentir una calidez realmente extraña.
-Me preguntó que será esto.- Exclamó en voz alta, mientras analizaba la extraña piedra brillante que había encontrado.- ¿Será acaso que encontré una piedra preciosa?
La examinó con mucho detalle y, aunque no pudo determinar lo que era exactamente, si pudo darse cuenta de lo valioso que parecía ser su nuevo descubrimiento. Quizá podría usarla para pagar toda su hipoteca en la Inmobiliaria Nook… No, de ninguna manera podía dejar que el codicioso Tom Nook vea la piedra que se encontró. Lo mejor sería vendérselos a Al y Paca en Reciclaje Bártulos y usar las bayas que obtenga para pagar la hipoteca, aunque todavía le gustaría descubrir que era esa piedra que tenía en sus manos…
-¡Ya lo tengo!
Gritó de alegría en cuanto se le ocurrió una buena idea, lo llevaría al museo del pueblo, donde su buen amigo Sócrates, seguramente podría identificarla. Alguien como él, con licencia para identificar fósiles, seguramente podría decirle el valor de esa piedra, tal y como siempre le ayudaba a distinguir pinturas falsas.
Su plan era perfecto, pero en su camino hacía el museo, se encontraría con un obstáculo inesperado.
-Nivel de energía registrado, el objetivo ha sido localizado.
El aldeano se extrañó un poco cuando escuchó aquella voz mecánica y casi robótica. Había un ser misterioso flotando encima de él, con el cuerpo cubierto por una túnica verde y el rostro por un extraño sombrero, que solamente dejaba ver un par de ojos amarillos. ¿Acaso se trataba de un nuevo vecino?
-¿Quién eres tú?- Preguntó el aldeano.
-Confirmando objetivo.- El extraño ignoró su pregunta, mientras que continuaba observándolo fijamente.- Pautas de energía coinciden, la identidad de la Esmeralda Caos fue confirmada.
De forma confusa, pero aquel visitante se acercaba lentamente hacía él, intimidando al aldeano en un principio. Pese a todo, quiso preservar su orgullo como alcalde y se mantuvo firme ante él.
-Iniciando extracción. Entrega la Esmeralda inmediatamente.- Eso último parecía estar claramente dirigido hacía él.
-Yo… ¿Es acaso un objeto que perdiste o algo así? No me molestaría ayudarte, pero ni siquiera te conozco y…
-Entrega esa Esmeralda. Debo llevársela a mi amo.- Extrañamente aquellas palabras parecían más cargadas con tristeza que con autoridad.
-¿Y quién es tu amo? ¿Quizá yo pueda…?
-Lo lamento, pero no tengo opción.
De pronto, los ojos amarillentos del extraño se volvieron de color rojo y comenzaron a emitir un extraño brillo. Antes de que el aldeano pudiera darse cuenta de lo que pasaba, un sorpresivo rayo láser salió desde sus ojos, carbonizando todo el césped frente a él. Aparentemente fue solo un disparo de advertencia.
-¡Eres un robot o algo así!- Exclamó entre sorprendido y asustado por su reciente descubrimiento.
-Esa fue la última advertencia. Entrega la Esmeralda sin oponer resistencia.
-¡No te la pienso entregar!- El aldeano estaba decidido, no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo, pero sentía en lo más profundo de su ser que debía proteger su piedra brillante.
Rápidamente metió la piedra a su bolsillo y en su lugar sacó su tirachinas para defenderse, pero de poco le sirvió, pues ese robot se lo carbonizó al instante con esa visión láser que poseía. Quizá había mordido más de lo que podía masticar…
-En verdad lo lamento.
Después de disculparse, aquel visitante comenzó a disparar múltiples rayos de sus ojos, que el aldeano a duras penas podía esquivar, corriendo en círculos y notoriamente asustado. El alcalde trataba de no entrar en pánico mientras era perseguido por los rayos de destrucción masiva, pero estos parecían debilitarse poco a poco. Aparentemente, ese robot no podía dispararlos de forma consecutiva sin cargarlos, quizá podría ser una ventaja a su favor.
-¡Ahora es mi oportunidad!- En el instante justo en que se agotó la energía de sus disparos, el alcalde sacó su siempre confiable red para capturar insectos y se lanzó sobre su enemigo, atrapándolo con éxito.- ¡Ya está! ¡Te tengo!
Efectivamente, tenía su red cubriéndole la cabeza, pero pronto se daría cuenta que ese no era un plan bien pensado. En lugar de verse capturado como los insectos en los que usualmente usaba esa red, su enemigo comenzó a girar sobre su propio eje, liberándose y arrojándolo al suelo un tanto mareado.
-Eso fue peligroso…
Y el peligro no había terminado, pues mientras se encontraba mareado, su oponente aprovechaba para cargar unos extraños trompos de metal que le arrojó de forma directa. Muy seguramente habría sido un impacto doloroso, pero el aldeano fue mucho más rápido y pudo sujetar esos trompos, metiéndoselos al bolsillo en caso de necesitarlos más adelante.
-Recalibrando análisis, hazaña imposible e improbable.
-No es imposible, simplemente me gusta recolectar las cosas que encuentro por ahí.- Replicó el aldeano.
Sin quedarle más opción, aquel robot decidió embestir directamente contra él, obligándolo a tomar acciones evasivas. Apresurándose como pudo, sacó nada menos que un Giroide desde su bolsillo, subiéndose en él y volando cual cohete para escapar de su enemigo. Su amor por la recolección finalmente daba sus frutos.
-¡Ahora no me atraparás!
Pese a parecer confiado, el aldeano sabía que era solo cuestión de tiempo para que su Giroide quede sin energías y deje de volar. Tenía que pensar una estrategia pronto, o estaría en grandes problemas por culpa de ese robot loco. Mientras pensaba en algo, vislumbro a lo lejos, un conjunto de árboles que él mismo había plantado y se le ocurrió una gran idea.
Saltó desde su Giroide, justo cuando este se desplomaba sobre el suelo y se ocultó entre los árboles antes de que su enemigo robótico consiga dispararle. El misterioso visitante se aproximaba para atraparlo, pero eso era justamente lo que el alcalde se esperaba, este escondite no era más que una trampa muy bien pensada.
-Te pido que salgas, puedo detectar tu presencia con mis escáneres, esconderse es inútil.- Exigió el robot.- Simplemente entrégame la Esmeralda del Caos, no quiero hacerte daño.
En lugar de obedecer sus exigencias, el astuto aldeano decidió poner en marcha su plan, sacó su hacha y comenzó a cortar rápidamente la madera frente a él. Ese robot no tuvo tiempo de analizar la situación, cuando el árbol de frutas se le desplomó encima y lo aplastó.
-¡Así se hace! ¡Lo conseguí! ¡Sigo vivo!- Festejaba el alcalde mientras bailaba de alegría.
Desafortunadamente, el festejo fue breve, pues una luz de color rojo vaporizó el árbol caído. El peligroso atacante emergía intacto, con sus ojos brillando en rojo y llenando de temor al aldeano, quien hecho a correr sin perder tiempo.
-¡Esa cosa es invencible! ¡¿Cómo saldré de este problema?!- Gritaba con desesperación durante su huida.
El enemigo claramente lo superaba y en una situación normal no tendría mucho que hacer contra él… Pero todavía tenía una ventaja crucial: Se encontraba en su territorio, su pueblo, uno que conocía como la palma de su mano.
-Escapar es inútil, no me gustarí…
La advertencia del robot se vio interrumpida, cuando este quedó enterrado en el suelo de forma repentina. Era una de esas clásicas trampas, tan populares en el pueblo para gastar algunas bromas entre los vecinos, el mismo alcalde la había puesto el día anterior y estaba realmente agradecido por ello. ¿Quién iba a imaginar que esa broma le salvaría la vida contra un robot lunático?
-¡Allá voy!
Apresurándose antes de que el robot consiguiera zafarse de su trampa, el alcalde atacó con su hacha y… terminó rompiéndose al chocar contra él. Esa coraza metálica era realmente dura, lo único que había conseguido con su ataque era rasgar esa túnica verde. No pasó mucho tiempo antes de que su enemigo consiga acertarle uno de sus rayos ópticos, mandándolo a volar, mientras que luchaba por liberarse de la trampa.
La mejor opción, de momento, sería una retirada estratégica, por lo que echo a correr, esperando que su trampa le consiga tiempo suficiente. Mientras intentaba idear alguna estrategia, vio a su enemigo consiguió liberarse y en su desesperación, decidió refugiarse en el lugar más seguro que conocía: Su casa.
No tenía tiempo que perder, sabía que el enemigo no tardaría en encontrarlo y su puerta no podría retenerlo por mucho tiempo. Vació sus bolsillos, sacando todos los muebles que llevaba encima y hasta los que tenía guardados en el interior de su casa, apilándolos junto a la puerta para bloquearla todo el tiempo que sea capaz de conseguir… Solo pasaron unos cuantos segundos y su puerta estalló con todos los muebles que la resguardaban.
-Cualquier resistencia es inútil. Por favor, entrega la Esmeralda o tendré que tomar medidas extremas.- Amenazó el robot mientras entraba en la residencia.
Ya no había lugar alguno donde escapar, el aldeano intentó defenderse arrojándole macetas o bolas de boliche, pero su enemigo no retrocedía ni parecía sentirlos siquiera. Los ojos del enigmático robot comenzaron a emitir un destello rojo, parecía cargar una gran cantidad de energía y al aldeano comenzaban a agotársele los objetos de su bolsillo.
Lo único que le quedaba era la piedra brillante que intentaba proteger, pero dudaba que pudiera servirle para algo. No podía más que resignarse a recibir el rayo cargado de su enemigo… Al menos hasta que su pequeña esmeralda comenzó a destellar.
-¡¿Y ahora que está pasando?!
Era un brillo intenso el que emitía la pequeña piedra, al tiempo que parecía expulsar un campo de energía. Esto no detuvo al robot, que finalmente disparó su gigantesco láser en línea recta, cual si fuera un cañón, causando una reacción en cadena con la energía de la esmeralda, mientras que el pobre aldeano no tenía idea de lo que estaba ocurriendo.
…
-¿Señor alcalde? ¿Se encuentra usted bien?
Se sentía un tanto mareado, el aldeano abrió los ojos y lo primero que vio fue el rostro de una perrita Shih Tzu, a quien rápidamente identificó como su fiel secretaria.
-¡Señor alcalde! ¡Estaba realmente preocupada!- Exclamó al tiempo que se lanzó a abrazarlo cariñosamente.
-¿Canela? ¿Qué está pasando aquí?
-Es lo que me gustaría saber. Estaba trabajando tranquilamente, pero una explosión se escuchó a lo largo del pueblo. Vine a buscarlo para ver si estaba bien, pero…
En ese momento, el aldeano vio a su alrededor y se dio cuenta de su situación: Se encontraba en medio de unos escombros, los escombros de su destruida casa para ser más exactos.
Al ver como el ratón amarillo, asistente de Canela, jugaba con los restos destruidos de sus muebles; el aldeano pensaba en el dinero invertido para su hipoteca o el dinero que Tom Nook le cobraría en las reparaciones y le daban ganas de llorar. Pero, al menos tenía todavía su…
-¡La piedra brillante! ¡Ya no está!
-¿Una piedra? ¿A qué se refiere, señor alcalde?- Preguntó su secretaria, un tanto confundida.
-¡Ese robot debió habérselo llevado!- Dedujo el aldeano.
Tenía un mal presentimiento con respecto a esa piedra, la energía que liberó en medio de su combate era demasiado peligrosa para simplemente ignorarla. ¿Quién sabe qué clase de cosas podría hacer ese robot tan extraño ahora que la tenía en su poder? ¡Quizá toda su aldea estaría en peligro inminente! Como alcalde, no podía simplemente quedarse de brazos cruzados.
-¡Canela, ya está decidido!- Declaró el alcalde.
-¿Qué cosa está decidida?
-Dile a tu asistente que se prepare y hagan sus maletas.- Ordenó el aldeano.- ¡Vamos a perseguir al responsable de todo esto!
Canela y su amarillento asistente parecían confundidos, pero el alcalde estaba decidido. Tendría que hacerle una visita a Tendo y Nendo para conseguir algunas herramientas nuevas, pero llenaría sus bolsillos y saldría de viaje. Quizá ese robot lo haya derrotado, pero las cosas serían muy distintas, no le daría oportunidad en la revancha y recuperaría esa peligrosa piedra… O al menos lo intentaría con ayuda de su siempre fiel secretaria y su peculiar ratón amarillento.
Fin.
Ganador: ROB (Ministro Antiguo)
Quizá muchos lo hayan olvidado, pero el ROB que aparece en Smash Bros no es uno cualquiera, sino que se trata del Ministro Antiguo, líder de los ROB en el Emisario Subespacial de Smash Bros Brawl y un personaje con una historia realmente trágica. Cuando jugué por primera vez ese fantástico modo aventura, me lleve una gran sorpresa cuando se revela la verdadera identidad del Ministro en una de las mejores escenas del juego. Sin duda fue de lo mejor que tuvo la historia de Brawl y tenía que aprovecharlo para el fic.
En cuanto al Aldeano, seguro se preguntan porque utilicé al de New Leaf en lugar de actualizarme y usar al de New Horizons… Pues principalmente porque en el quinto capítulo ya utilicé a la Canela de New Leaf para su batalla contra Pichu xD. Hey, se podría decir que los dos representantes de Animal Crossing ya tuvieron su combate en el fic.
Fue un combate interesante de escribir, aunque algo desafortunado para el pobre aldeano, que inicia su cruzada acompañado por Canela y Pichu. ¿Quién será el que pidió a ROB que trajera la esmeralda? Habrá que descubrirlo en futuros capítulos.
Y bueno, aprovecho para agradecer los reviews de:
Fox McCloude: Min Min fue un muy buen añadido en su momento. Las nuevas IP de Nintendo tienen algunas mecánicas muy creativas y algo de representación en Smash es el impulso que necesitan para ganar popularidad. La entrenadora de Wii Fit es un personaje único, si o si tenía que usar sus líneas más icónicas.
Nahuel836: Y espero traer aún más batallas inesperadas en futuros capítulos.
MightyMitch47: Quizá le hubiera ido mejor en una batalla individual, pero no hay duda que el Belmont que habla al estilo Thor dio un gran combate. Concuerdo en eso, Min Min también es de mis favoritas del Fighter Pass 2, junto a Pyra y Mythra, además que una relación Maestro y Alumno fue interesante para escribir.
Neo Magician 96: Se nota que la chica Maruchan sabe escoger muy buenos lugares para vacacionar, un verano con los atletas de Ring Fit es justo lo que le hace falta. ¿Tanto se notó que el combate era un comercial de Maruchan xD? Tomando en cuenta la forma en que los personajes de Tekken rompen la barrera del idioma, tendría que plantearme bien el capítulo de Kazuya jajaja. ¿El Héroe contra Mewtwo? Eso suena como una muy buena sugerencia, podría hacerla en el futuro.
Eso sería todo por hoy, sin nada más que decir, me despido hasta el siguiente capítulo.