Super Smash Bros: Battles.

Princesa Zelda vs Jigglypuff.

Dirigir un reino entero no era para nada una tarea sencilla y mucho menos para una joven princesa que hace poco había cumplido los diecisiete años de edad.

Hyrule estaba en tiempos de paz, pero la Princesa Zelda no podía gozar de dicha paz, su vida era mucho más difícil de lo que la gente podía ver a simple vista. Desde tediosas clases de etiqueta o magia hasta aburridas reuniones con la corte de Hyrule, eran pocos los momentos en los que la Princesa de Hyrule podía descansar. Por esta razón, el estrés se le hacía insoportable.

Por esto mismo, ella apreciaba esos pequeños momentos de descanso en su jardín personal. La princesa se recostó en el césped, mientras su mente se sumía en recuerdos. Recordaba tiempos más simples, de su más tierna infancia, cuando se pasaba los días divirtiéndose en el jardín.

Eventualmente, esto le recordó a su querido amigo Link: Aquel niño del hada que un día consiguió evadir a sus guardias e infiltrarse en el jardín. El mismo niño que había salvado el reino entero, en una época distinta, una que muy pocos recordaban.

Tan sumida estaba la princesa en sus pensamientos… Hasta que un sonido abrupto y extraño la despertó. El estrés regresó a la princesa mientras analizaba el origen de dicho sonido. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de lo que se trataba: Un ronquido.

Es cierto que sus guardias nunca habían sido los más efectivos, un niño de diez años era capaz de pasar entre ellos sin que se den cuenta. Sin embargo, dormirse en el trabajo era un poco exagerado, aun para ellos.

Zelda fue a buscar y efectivamente, varios de los guardias se encontraban durmiendo. La princesa estaba a punto de despertarlos, pero se dio cuenta de algo extraño: las caras de dichos guardias estaban pintarrajeadas de forma graciosa.

El miedo entró en la princesa, que se puso en guardia. ¿Acaso algo había dormido a los guardias de su castillo? ¿Habría sido algún hechizo extraño o algo así? ¿Acaso la paz de Hyrule había llegado a su fin?

-¡Jiggly!

Ese sonido llamó la atención de la princesa, quien inmediatamente se encontró con el responsable de todo esto. Parecía una extraña criatura rosada de ojos grandes, que se encontraba pintando la cara de un guardia con un marcador. En definitiva no era tan amenazante como Zelda imaginaba, de hecho hasta parecía tierno y abrazable.

La princesa intentó recordar acerca de todas las criaturas que habitaban Hyrule, pero ese ser rosado no encajaba con ninguna descripción.

-¡Jigglypuff!

-Mmm, no está mal.- La princesa se lo pensó un poco y llegó a una conclusión.- Te llamaré Jigglypuff.

La criatura se percató de la presencia de Zelda, pero no parecía de muy buen humor, estaba enfadada por alguna razón. El recién llamado "Jigglypuff" infló sus cachetes y al ver a la princesa, saltó hacía ella y la golpeó con una bofetada en la cara.

La princesa se cayó de espaldas y apenas se recuperó de aquel golpe, se frotó las mejillas a causa del dolor. Ese bofetón no había sido normal, fue demasiado fuerte y doloroso.

Al ver al "Jigglypuff" burlarse de ella, la princesa llegó a la conclusión de que la criatura era hostil. El enojo se apoderó de Zelda, esta había sido la gota que colmó el vaso. Lo único que quería era un momento de paz y relajación, pero en lugar de ello había sido golpeada por una criatura tierna y esponjosa que se burlaba de ella. Se encargaría de detenerlo en este mismo instante.

-Será mejor que me escuches.- Al escuchar el tono firme de la princesa, Jigglypuff dejó de reírse y le prestó atención.- Yo soy la princesa de Hyrule y no…

Pero Zelda fue interrumpida por una patada en la cara. Aquella criatura rosada no perdió el tiempo y se lanzó con algunos bofetones más, haciendo que la princesa se caiga de espaldas nuevamente.

-Jiggly, jiggly puff.- La criatura se burlaba de la princesa… Aunque las risas se detuvieron al ver la expresión de enojo con la que Zelda la observaba.

-¡Ya basta!- Finalmente, toda la ira acumulada de la princesa explotó. Nunca mejor dicho, pues la gobernante de Hyrule expulsó una esfera de fuego gigante con la que golpeó a Jigglypuff por sorpresa.

Fuego de Din, uno de los tres grandes hechizos de Hyrule. Usualmente, la gente solía aplicarlo expulsando un torrente de fuego a su alrededor, pero con Zelda era distinto. La princesa siempre había tenido talento para la magia, y tal era su dominio que podía disparar el fuego concentrado en lugar de expandirlo a su alrededor.

-¡Puff!

Desgraciadamente, aquel Jigglypuff no pareció tomarse muy bien el ser golpeado por una bola de fuego, por lo que se lanzó al ataque. La princesa no pudo reaccionar a tiempo, pues el Jigglypuff le saltó a la cara y comenzó a abofetearla una y otra vez siendo que Zelda no podía hacer nada para quitársela de encima.

En un intento desesperado por librarse de aquella criatura, Zelda recurrió nuevamente a sus conocimientos sobre magia y recordó un hechizo que podría ayudarla en un momento como este…

-¡Amor de Nayru!

La princesa fue rodeada por un campo de fuerza mágico que expulsó al ser rosado. El amor de Nayru creaba un escudo completamente impenetrable que protegía al usuario mientras este concentré su magia para mantener el hechizo activo. Sabiendo que ahora estaba a salvo, Zelda observó burlonamente a la criatura rosada que continuaba enfadada.

-Eres más agresivo de lo que pareces, "Jigglypuff".- Mientras Zelda se quitaba el polvo, Jigglypuff la observaba con enfado.- Pero ahora que activé este hechizo estoy protegida ante cualquier cosa que intentes.

En lugar de calmarse, Jigglypuff comenzó a caminar en dirección a Zelda y decidió atacar. La princesa estaba confiada de que su escudo la protegería de cualquier cosa… Grande fue su sorpresa cuando un bofetón de la criatura rosada fue suficiente no solamente para romper su escudo, sino para hacerlo estallar. La fuerza de la explosión fue tal que Zelda salió volando por los aires y cayó contra uno de los arbustos de su jardín.

La princesa de Hyrule se levantó, sucia y adolorida, observando a aquella criatura que continuaba burlándose de ella. Nuevamente, el enfado se apoderó de la gobernante.

-¡Ya se me acabó la paciencia!

Sin previo aviso, la princesa de Hyrule decidió volver a intentar con el Fuego de Din, disparando poderosas esferas de fuego contra su pequeño y adorable oponente.

Jigglypuff se infló como un globo y comenzó a surcar los aires, grácilmente evadiendo todos y cada uno de los ataques que Zelda le disparaba. Las bolas de fuego salían volando por todo el jardín y destruían todo a su paso, dejando varios de los arbustos quemados.

Pero Zelda no le prestaba atención a nada, estaba muy concentrada en golpear a su oponente, pero la escurridiza criatura evadía cada uno de sus ataques. Fue entonces que las llamas de Zelda finalmente consiguieron rozarlo y lo hicieron caer contra el suelo.

-¡Jiggly!

-Muy bien, si te disculpas ahora, podremos olvidar todo lo ocurrido. ¿Qué dices?

Pero lejos de aceptar la propuesta de la princesa, Jigglypuff comenzó a girar sobre sí mismo en el suelo. Zelda lo observó confundida por un momento, hasta que su enemigo salió rodando a gran velocidad y la embistió con fuerza en el estomago.

Por un instante, la princesa se quedó sin aire, aquel ataque fue devastador. Cuando finalmente consiguió recuperarse del ataque, se dio cuenta de algo, Jigglypuff continuaba girando y ahora regresaba con una nueva embestida. Desesperada, la princesa, decidió utilizar su tercer hechizo.

-¡Viento de Farore!

Justó antes de que Jigglypuff la golpee, la princesa se desvaneció con el viento, teletransportandose. Pero esto no detuvo a Jigglypuff, pues ni bien la princesa reapareció, continuó rodando hacía ella. Zelda se vio obligada a usar el Viento de Farore una y otra vez, pero ya se le estaba agotando el poder mágico.

Afortunadamente para Zelda, su oponente detuvo su rodada, quedándose mareado por un instante. Zelda respiraba cansada y estaba agotada, se preparó para dispararle otro Fuego de Din, pero su poder mágico estaba vacío. La princesa se preparó para cualquier ataque que su tierno y agresivo oponente pueda lanzarle, pero no se esperaba lo que vendría a continuación.

Jigglypuff sacó su pequeño micrófono y para sorpresa de Zelda, comenzó a cantar. Era un canto bastante dulce y relajante, por un instante la princesa olvidó su enfado, todos sus problemas comenzaron a desvanecerse y finalmente se sentía relajada. A medida que el canto de Jigglypuff continuaba, la relajación de la princesa incrementaba, estaba tan calmada y relajada, que comenzó a entrarle el sueño. Finalmente, no pudo resistirlo más y quedó completamente dormida.

…

-¡Princesa! ¡Princesa, despierte!

Zelda abrió los ojos y lo primero que vio fue a Impa, su querida niñera, quien la observaba con preocupación. ¿Qué ocurrió? ¿Acaso se había quedado dormida en el jardín? ¿Acaso su batalla con su enemigo tierno y malhumorado solamente fue un sueño?

-¿Qué fue lo que ocurrió aquí, Princesa?

Al observar la mitad de su jardín completamente quemado, se dio cuenta de que no era un sueño. Por lo visto su niñera se dio cuenta de lo confundida que estaba, así que le pasó un espejo. La princesa vio el reflejo de su rostro y se dio cuenta de algo: Su cara estaba llena de garabatos extraños y ridículos.

-¿Se encuentra bien, princesa? ¿Quién hizo todo esto?

Al ver su cara pintarrajeada, solamente había algo que Zelda podía hacer… Ponerse a reír por todo lo que acababa de pasar. Era bastante extraño, pero se sentía feliz y relajada, todo su estrés parecía haber desaparecido. Quizá no vuelva a ver a aquel "Jigglypuff", pero Zelda le estaba agradecida.

Finalmente se sentía feliz y llena de energía. ¡Estaba lista para enfrentar cualquiera de sus obligaciones con una sonrisa!... O al menos eso es lo que pensaba. Poco sabía la princesa que su siguiente obligación sería ayudar en las reparaciones de su jardín.

Fin.

Ganador: Jigglypuff.

Y aquí está el segundo capítulo de mi extraño proyecto, donde la princesa de Hyrule se enfrentó con la carismática bola rosada de Pokémon.

¿Qué me dicen ustedes? ¿Qué personajes quieren ver luchar en los siguientes capítulos?

Sin más que decir, me despido hasta el siguiente capítulo.